jueves, diciembre 15, 2005

Morfeo, el Padrino

Sí... La mano venía mal. No tenía la mínima idea de como solucionarlo. Me quedan muy pocas horas, doce... Casi una cosa más del decorado, me fui durmiendo de a poco y así medio entre sueños percibí una música que se fundió con el restallido de un auto deslizándose sobre la nieve mojada afuera. En el último momento de realidad vigilada desde la incomodidad hundida de mi pequeño sofá, decidí que si tenía tan poco tiempo para solucionar aquello--lo cual es lo mismo a decir que tenía mucho tiempo de agonía por delante, en otra demostración de la inasequible relatividad del tiempo--, entonces no sería descabellado dormir una siesta de una hora o del lapso que el cerebro--lo que queda del cerebro a esta altura de las circunstancias--creyera conveniente, pero desde la comodidad de mi cama. Apenas antes de dormir (y últimamente me cuesta dormir sin tejer vorágines), medité acerca de esto que me acababa de suceder con el ruido y la música. Bien sabía que algo había de distinto, ya que ningún artefacto musical había emitido nada en la cercanía de adentro, y además es consabida la preciosidad del silencio que arrecia cuando (como ahora) suena el color blanco por todas partes afuera. Y así me fui a dormir sin presentir nada. Con aquel momento de música-imaginada-o-inspirada/ruido-de-auto-real, ya justificaba el hoy. Pero sucedió que en los últimos segundos de un sueño que fui desmantelando por capas, me di cuenta. ¿Cómo no me había dado cuenta antes? Saltar de la cama fue inevitable. Reir, también. Supe, sé, que la solución no vino de mí mismo. Sé que hubo inspiración in the making. Pero no hubo mysterium tremendum ni majestas, solo un sueño y la música-ruido anterior a él.

Las horas que vienen se han convertido en muchas, pero de las buenas, y si han de ser malas, pocas. Humilde mortal, ostento la sabiduría del mantra convencional que reza, "sleep on it, pal." Pero sé que alguien me envía magias desde la lejana orilla infinita.

1 Comments:

At 3:33 p. m., Blogger Mostra said...

Eterno enamorado como te diría yo.
Muy lindo el percibir, me alegro que en tu vida sea lo cotidiano. Es una cosa profunda con olor a vida.
Hace mucho que no te encuentro, tengo novedades, sí. No buenas, no. Bah, depende el ámbito.
El sufrimiento es algo cotidiano ya y quizás me esté acostumbrando, son cosas de que en un momento me acuerdo y me quiebro, y se me pasa al rato cuando recuerdo que no puedo hacer mucho al respecto más que esperar que se me pase..
Bueh, he terminado mi año académico y con laureles detrás de las orejas, ahora.. a tratar de descansar la cabeza un poco y a tratar de crear lo bello para ajenos.

 

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